
El combate naval de Terceira, también conocida como Batalla de Ponta Delgada, Batalla de Vila Franca, y Batalla de San Miguel tuvo lugar el 26 de julio de 1582 en aguas de la isla Terceira o Isla de San Miguel, en las Azores entre una escuadra española de 26 naves, al mando de don Álvaro de Bazán, y otra escuadra francesa de 60, al mando del almirante Philippe Strozzi, terminando con una aplastante victoria para los españoles. Esta fue la primera batalla naval de la Historia en la que participaron galeones de guerra.
En 1580, tras la muerte sin sucesión del rey Sebastián I de Portugal en la batalla de Alcazarquivir, y el posterior fallecimiento de Enrique I el Cardenal, Felipe II de España fue reconocido como rey de Portugal, con el nombre de Felipe I de Portugal, por las Cortes de Tomar.
Este nombramiento no fue demasiado bien aceptado en Francia ni Inglaterra, por el poder que significaba para la casa de Austria, por lo que apoyaron la causa de Don Antonio, Prior de Crato, que también pretendía la Corona de Portugal. Con esto intentaban evitar la unión de los imperios coloniales de España y Portugal, lo que convertía a Felipe II en uno de los monarcas más poderosos de la Historia.
La flota española estaba mandada por el gran marino militar Álvaro de Bazán, Marqués de Santa Cruz y Capitán General de las Galeras de España. Mandaba dos galeones del rey, 10 naos guipuzcoanas, ocho portuguesas y castellanas, 10 urcas flamencas y una levantisca, así como cinco pataches. Pero dos de las urcas desaparecieron en la noche del 24 de julio, tres naves se demoraron en Lisboa, la levantisca llegó tarde y uno de los pataches había sido apresado, por lo que, en el momento del combate, sólo tenía 25 bajeles de guerra.
El mando de la flota francesa lo tenía Felipe Strozzi, hijo de Pedro Strozzi, Mariscal de Francia, y le secundaba Charles de Brisac, Conde de Brisac, también hijo de Mariscal de Francia. Se encontraba en ella D. Francisco de Portugal, conde de Vinioso. Llevaban 60 navíos con 6.000 a 7.000 infantes y arbolaban la bandera blanca con la flor de lis dorada.
Por parte española hubo 224 muertos y 550 heridos, y, aunque no se perdió ningún barco, todos quedaron con averías.
Por parte francesa se perdieron 10 navíos grandes, y se calcula que hubo unos 2.000 muertos, entre ellos el general Felipe Strozzi.
El día 30 fondea la escuadra española en Villafranca, desembarcando heridos y prisioneros y empezando sus reparaciones.
Se inicia un juicio contra los prisioneros, acusándoles de piratas, ya que España y Francia estaban oficialmente en paz. Los franceses alegaron no ser piratas, y que tenían despachos del rey de Francia, pero D. Álvaro dio por falsos esos documentos, condenándoles a muerte. El 1 de agosto, en Villafranca, fueron degollados 28 señores y 52 caballeros, y ahorcados los soldados y marineros de más de 18 años de edad.
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