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martes, 9 de febrero de 2010

Los Carnavales de Cádiz





El Carnaval de Cádiz es uno de los carnavales más famosos de España y del mundo, por lo que ha sido reconocido (conjuntamente con el Carnaval de Santa Cruz de Tenerife), como de Interés Turístico Internacional (únicos en España con tal distinción).

En julio de 2009, entró a formar parte de la lista de los diez Tesoros del Patrimonio Cultural Inmaterial de España.

Las primeras referencias documentadas a la celebración del carnaval que conocemos hasta ahora, se encuentran en la obra del historiador gaditano Agustín de Horozco. Datan de finales del siglo XVI, expone que en tiempos de carnaval, las gaditanas arrancaban las flores de las macetas para lanzárselas unos a otros a modo de broma.

Del siglo XVII también existen referencias, un documento de 1636 reconoce la impotencia del poder civil ante la celebración popular y una carta del General Mencos fechada en Cádiz a 7 de febrero de 1652 se queja de que los trabajadores gaditanos se negaban a reparar su barco por estar en Carnestolendas.

Los carnavales continuaron en el siglo XIX y se celebraron incluso durante el asedio francés y el reinado de Fernando VII. Otro de los intentos por prohibir los carnavales, fue el bando municipal del 20 de febrero de 1816 en el que se prohíbe de manera total la celebración de las fiestas carnavalescas, pero esta medida no tuvo ningún éxito.

La primera agrupación de la que se tiene constancia es Cuadrilla de gallegos, que data del año 1821. Durante aquel año el gobernador de Cádiz, Cayetano Valdés, dio el visto bueno para la celebración de un máximo de seis bailes públicos de disfraces y máscaras. Estos bailes fueron regidos por un estricto reglamento para evitar los excesos. Este carnaval tuvo que ser uno de los mejores de la época, porque no se produjeron disturbios.

En 1884, el alcalde Eduardo Genovés Puig, publicó un edicto en el que volvería a repetir las restricciones ya conocidas, y añadió la obligación de las agrupaciones participantes en los carnavales a presentar previamente las coplas que cantarían durante las fiestas. Las agrupaciones conseguían así una licencia para poder salir por las calles y solo interpretarían aquellas que fueran autorizadas, es el primer antecedente de censura en el carnaval de Cádiz.

Los coros alcanzan su primera madurez a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, con la participación de Antonio Rodríguez Martínez, el tío de la tiza. Sus coros más recordados son Los claveles (1896) y Los anticuarios (1905). De éste último es recordado el tango de los duros antiguos que es hoy día el himno oficioso del carnaval de Cádiz.

El periodo entre 1920 y 1936, abarca un periodo de madurez de las agrupaciones. En éste podemos situar a Manuel López Cañamaque, autor más prolífico del carnaval junto a Agustín González, El Chimenea.

Los carnavales de 1936 fueron los últimos que se celebraron antes del comienzo de la Guerra Civil, porque esta comenzó el 18 de julio.

Durante la guerra, el 5 de febrero de 1937 se publica el boletín oficial del estado que dos días antes había firmado el gobernador general Luís Valdés, en este se prohibía la celebración del carnaval. El 12 de enero, se publica una nueva orden manteniendo definitivamente la prohibición. En Cádiz, sin embargo, la prohibición no llegó a ser tal y los nostálgicos de la fiesta la seguían celebrando a escondidas. La situación política del momento, no era lo más idóneo dar mucha publicidad a lo que realizaban. Este paréntesis en el carnaval de Cádiz duraría hasta 1948.

Paradójicamente, el Carnaval de Cádiz resucitó gracias a la explosión del depósito de minas de San Severiano, ocurrida en 1947. Vistió a Cádiz de luto y llevó la tristeza a la ciudad de la alegría. Tanto, que el gobernador civil, Carlos María Rodríguez de Valcárcel, pensó que había que levantar los ánimos. Los viejos carnavaleros le habían mostrado su deseo de volver a sacar un corito en alguna velada de verano. Y tras escuchar los tangos de los coros Piñata Gaditana grupo aglutinado por José Macías Retes y Los Chisperos, no encontró motivos para no permitir de nuevo la celebración de las fiestas. Así fue cómo se permitió, fuera del Carnaval, en las fiestas del verano, que aquellos coros de veteranos volvieran a cantar viejos tangos. Había garantías políticas. Entre los coristas figuraba Joaquín Fernández Garaboa, el Quini.

Gracias a las Fiestas Típicas el Carnaval se salvó y vivió una de sus etapas de mayor esplendor. Paco Alba, fue el gran exponente de este período superando en calidad al Carnaval anterior a la guerra. Se produjo la universalización del Carnaval, con agrupaciones que gustaron a toda España e Hispanoamérica, sobre todo se recuerda a los Los Beatles de Cádiz (Los escarabajos trillizos) de Enrique Villegas Vélez, que en Cádiz ganó el segundo premio de comparsas en 1965 tras Los hombres del mar de Paco Alba.

En 1967 se produjo el traslado de las fiestas al mes de mayo, organizando una auténtica feria, con casetas incluidas.

Desde 1973, los cuartetos participan en el concurso oficial de agrupaciones. En 1975 se produce un hecho histórico en el concurso, la chirigota de Paco Alba, Los belloteros ganó el primer premio pero en la categoría de comparsas junto a Los napolitanos de Pedro Romero Varo. Esta decisión no agradó al aficionado, pero este suceso fue lo que originó que se considerara a Paco Alba el inventor de la comparsa actual.

El 6 de junio de 1976, se celebraron las últimas Fiestas Típicas Gaditanas, para el año siguiente se volvió a febrero y a la denominación de carnavales.

El 15 de febrero de 1977, es la primera fecha del carnaval democrático o en libertad. De este año destaca el coro Los dedócratas, fundamental en la transición de las fiestas típicas gaditanas a carnaval y en la recuperación del coro.

Como no podía ser de otro modo, con la idiosincrasia de los gaditanos, el 5 de febrero de 1978 a las cinco y cuarto de la tarde comenzó el entierro de las Fiestas Típicas Gaditanas. Acto auspiciado por el coro La guillotina, sucesor de Los dedócratas. Encabezaba el desfile fúnebre, que revistió la mayor seriedad por parte de sus participantes, una pancarta con la inscripción: «Entierro de las Fiestas Típicas R.I.P. ¡Ya era hora!», portada por dos miembros del coro vestidos de ciudadanos de la Revolución francesa.

Numeroso público se congregó para ver pasar el entierro, aplaudiendo en ocasiones y demostrando Su aceptación a la idea de La guillotina. Los espectadores rieron con ganas, comentándose que el cortejo corresponde a lo que debe ser el Carnaval y también mostrando su solidaridad con el motivo de la marcha: enterrar aquellas Fiestas Típicas Gaditanas, que no eran ni lo uno ni lo otro.

En 1981, llega la televisión al concurso retransmitiendo parte de la final. En 1982, se unifican la categoría provincial y local. En 1984, la Fundación Gaditana del Carnaval (FGC), Organismo Autónomo del Ayuntamiento de Cádiz, recibió por acuerdo del mismo, la competencia de organizar, dirigir, programar, encauzar, administrar y ejecutar los carnavales de la ciudad. En el mismo año, se presentan al concurso 111 agrupaciones superándose por primera vez la centena de grupos participantes, de la que nunca se ha bajado hasta ahora.[5]

En 1989 se retransmite por primera vez la final completa, al año siguiente con la llegada de Canal Sur, se hace íntegramente en directo y también se emiten resúmenes de las semifinales.

Chirigota "Kadi City, Ciudad sin Ley" (1997)


Chirigota "Los Enteraos" (2009)


Chirigota "Lo que diga mi mujé" (2006)

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