
Francisco Gómez de Quevedo y Santibáñez Villegas (Madrid, 14 de septiembre de 1580 — Villanueva de los Infantes, Ciudad Real, 8 de septiembre de 1645) fue un noble, político y escritor español del Siglo de Oro, uno de los más destacados de la historia de la literatura española.
Ostentó los títulos de Señor de La Torre de Juan Abad y Caballero de la Orden de Santiago.
Lo más original de la obra literaria de Quevedo radica en el estilo, vinculado al Conceptismo barroco y por lo tanto muy amigo de la concisión, de la elipsis y del cortesano juego de ingenio con las palabras mediante el abuso de la anfibología. Amante de la retórica, ensayó a veces un estilo oratorio lleno de simetrías, antítesis e isocola que lució más que nunca en su Marco Bruto.
De léxico muy abundante, creó además muchos neologismos por derivación, composición y estereotipia y flexibilizó notablemente el mecanismo de la aposición especificativa en castellano ("clérigo cerbatana, zapatos galeones..."), mecanismo que los escritores barrocos posteriores imitaron de él.
En su sátira se acerca a veces a la estética del expresionismo al degradar a las personas mediante la reificación o cosificación, y la animalización. Se ha señalado, además, como un rasgo característico de su verso, la esticomitía, esto es, la tendencia a transformar cada verso en una sentencia de sentido completo, lo cual hace a sus poemas muy densos de significado, como era prioritario en su poética, radicada en los principios del conceptismo barroco.
tras escribir en su última carta que "hay cosas que sólo son un nombre y una figura", fallece en el convento de los padres Dominicos de Villanueva de los Infantes, el 8 de septiembre de 1645.
Se cuenta que su tumba fue violada días después por un caballero que deseaba tener las espuelas de oro con que había sido enterrado y que dicho caballero murió al poco en justo castigo por tal atrevimiento. En 2009, sus restos fueron identificados en la cripta de Santo Tomás del la Iglesia de San Andrés Apóstol de la misma ciudad.
us obras fueron muy mal recogidas y editadas por el humanista José Antonio González de Salas, quien no tiene empacho en retocar los textos, en 1648: El Parnaso español, monte en dos cumbres dividido, con las nueve Musas, pero es la edición más fiable; peor es la edición del sobrino de Quevedo y destinatario de su herencia, Pedro Alderete, en 1670: Las tres Musas últimas castellanas; en el siglo XX José Manuel Blecua las ha editado con rigor.
En 1663 se imprimió la primera biografía de Francisco de Quevedo, la de Pablo Antonio de Tarsia, abundante en anécdotas; posteriormente vendrán las de Aureliano Fernández Guerra en el siglo XIX, donde se le pinta como un hombre de estado, y la de Pablo Jauralde Pou en el siglo XX.
Poderoso Caballero es Don Dinero:
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