
El Oro de Moscú, fueron 510 toneladas de oro, correspondientes al 72,6% de las reservas de oro del Banco de España, robado a España por los republicanos, fué extraido de Madrid y llevado la Unión Soviética, a los pocos meses del inicio la Guerra Civil, así como a las posteriores gestiones relacionadas con su venta a la U.R.S.S. y la utilización de los fondos obtenidos y los similares envíos de bienes incautados a lo largo de la contienda por orden del gobierno de la II República, presidido por Francisco Largo Caballero, y a iniciativa de su ministro de Hacienda, Juan Negrín.
La cuarta parte restante de la reserva del Banco, es decir 193 toneladas, fue traslada y transformada en divisas en Francia, operación que es también conocida por analogía, como el «Oro de París».
Pocos meses antes del inicio de la Guerra Civil las reservas movilizables españolas habían sido registradas por las estadísticas internacionales en mayo de 1936 como las cuartas más grandes del mundo.
Fue acumulada principalmente durante la Primera Guerra Mundial, en la que España se mantuvo neutral.
Gracias a los estudios de la documentación del Banco de España (BDE), se conoce que estas reservas se distribuían principalmente en la sede central de Madrid, las delegaciones provinciales del BDE y otros depósitos menores en París, desde 1931, estando constituidas en su mayor parte por monedas, extranjeras y españolas, y lingotes de oro.
La madrugada del 14 de septiembre de 1936 entraron en el Banco de España, en Madrid, fuerzas de carabineros y milicias, enviadas por el ministerio de Hacienda de acuerdo con los comités comunistas de la UGT y de la CNT.
Dirigió la operación de apropiación el entonces Director General del Tesoro y futuro ministro de Hacienda en el gobierno de Negrín, Francisco Méndez Aspe.
Le acompañaban el capitán Julio López Masegosa, 50 ó 60 metalúrgicos y cerrajeros y un grupo de empleados de banca pertenecientes al Sindicato de Madrid, cuyo presidente era Amaro del Rosal, futuro director de la Caja General de Reparaciones.
El cajero principal, al ver que la reserva de oro iba a ser robada por los rojos, y al no poder hacer nada para impedirlo, se suicidó en su despacho.
La salida de las reservas de oro del Banco de España hacia Moscú ha sido señalada como uno de los desencadenantes de la crisis monetaria que sufrió la España roja en 1937.
El oro de España que robaron los rojos fué en parte, gastado por los rojos de mas poder como Santiago Carrillo y Dolores Ibarruri (la pasionaria) entre otros, del resto se apoderaron los comunistas de la U.R.S.S. y Francia.
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