
Luis de Góngora y Argote (Córdoba, 11 de julio de 1561 – ibídem, 23 de mayo de 1627) fue un poeta y dramaturgo español del Siglo de Oro, máximo exponente de la corriente literaria conocida como culteranismo o gongorismo, que más tarde imitarían otros artistas. Sus obras fueron objeto de exégesis ya en su misma época.
Aunque Góngora no publicó sus obras (un intento suyo en 1623 no fructificó), éstas pasaron de mano en mano en copias manuscritas que se coleccionaron y recopilaron en cancioneros, romanceros y antologías publicados con su permiso o sin él.
En 1627, perdida la memoria, Góngora marchó a Córdoba, donde murió de una apoplejía en medio de una extrema pobreza.
Velázquez lo retrató con frente amplia y despejada, y por los pleitos, los documentos y las sátiras de su gran enemigo, Francisco de Quevedo, sabemos que era jovial, sociable, hablador y amante del lujo y de entretenimientos como los naipes y los toros, hasta el punto de que se le llegó a reprochar frecuentemente lo poco que dignificaba los hábitos eclesiásticos.
En la época fue tenido por maestro de la sátira, aunque no llegó a los extremos expresionistas de Quevedo ni a las negrísimas tintas de Juan de Tassis y Peralta, segundo Conde de Villamediana, que fue amigo suyo y uno de sus mejores discípulos poéticos.
La conmemoración del tercer centenario de su muerte en un homenaje en el Ateneo de Sevilla, organizado por el torero Ignacio Sánchez Mejías, dio lugar al encuentro de muchos de los integrantes de la generación del 27, quienes reivindicaron la poesía de Góngora.
Amor Tirano-Luis de Góngora
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