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jueves, 17 de febrero de 2011

D. Juan del Águila y Arellano



Juan del Águila y Arellano (1545 - 1602). Militar español. Como soldado, y posteriormente Maestre de Campo de los Tercios, estuvo destinado en Sicilia, África, Malta, Córcega, el Milanesado, los Países Bajos, España, Portugal, Francia e Irlanda, donde participó en los grandes acontecimientos bélicos de su época, como el Sitio de Malta, el Asedio de Amberes, el Milagro de Empel, la Expedición de apoyo a los católicos franceses o la Expedición de apoyo a los irlandeses.

El 2 de septiembre de 1601 zarparon de Lisboa 33 barcos hacia Irlanda. En total 4.432 hombres de los tercios de Juan del Águila y de Francisco de Toledo. Juan ostentaba el mando supremo de la expedición como su Maestre de Campo General. El objetivo era tomar el puerto de Cork, puerto clave del sur de la isla y perfecto para un desembarco.

Una fuerte galerna dispersó a la flota cerca de la isla de Ouessant. El almirante, Diego Brochero, consiguió llegar hasta Kinsale el 1 de octubre con la mayor parte de los buques. Así, la mayor parte de los hombres pudieron desembarcar en tierras irlandesas, pero ocho o nueve barcos al mando de Pedro de Zubiaur, junto con 650 soldados y la mayor parte de las provisiones, regresaron a Galicia.

En cuanto terminó el desembarco, la flota regresó a España en busca de refuerzos. Juan del Águila quedó junto a 3.000 hombres aislado en Kinsale. Las tropas aliadas estaban lejos de la ciudad y sólo pudo conseguir 900 bisoños mal armados. Decidió entonces fortificarse y esperar refuerzos. En la entrada de la bahía mandó construir dos fuertes: Castle Park y Ringcurran.

Pronto apareció un ejército inglés de 10.000 infantes, 600 caballeros y numerosos cañones al mando de Charles Blount, VIII Baron de Mountjoy. Además, una pequeña flota bloqueó el puerto.

En noviembre, Mountjoy ordenó el ataque a Kinsale. Los ingleses tomaron el fuerte Ringcurran, aunque finalmente fueron rechazados. Poco después, ofreció a Juan del Águila la rendición, la cual fue rechazada.

En la madrugada del 16 de diciembre, 1.500 hombres salieron de Kinsale para intentar romper el cerco anglosajón. Consiguieron destruir veinte cañones y acabar con más de setecientos ingleses, pero tuvieron que volver a la ciudad al no poder atravesar las líneas enemigas. Las bajas españolas fueron bastante escasas, lo que animó a la tropa.

Tras la victoria contra los ingleses en Castlehaven, los nobles de la zona juraron fidelidad al rey de España (entonces Felipe III) y aportaron 550 infantes y una compañía de caballería. Además, los castillos de Dunboy (cerca de Castletownbere) y Donneshed (cerca de Baltimore) fueron entregados a las fuerzas españolas.

El 12 de enero, tras 3 meses de duros enfrentamientos contra unos ingleses que les superaban considerablemente en numero, D. Juan del Águila capituló.

Los términos de la rendición obligaban a los españoles a entregar las plazas y castillos de Kinsale, Castlehaven, Dunboy, Donneshed y Donnelong (en la isla de Sherkin). A cambio, el ejército español (reducido entonces a 1.800 hombres) y todos los irlandeses que lo desearan, recibirían provisiones y transportes para regresar a España. Además, conservarían el armamento, las banderas y los dineros.

El 13 de marzo la flotilla llegó a La Coruña. Allí, Juan del Águila pagó de su bolsillo un hospital de campaña para atender a los muchos heridos.

Permaneció bajo arresto domiciliario en La Coruña, lo que le impidió ir a Madrid para explicar su actuación en Irlanda. En la Corte se preparaba un Consejo de Guerra contra él. pero no llegó a verlo pues murió en agosto, probablemente en los primeros días. Según cuenta Emilio González López: «Abrumado por ésta detención, que suponía una grave censura a su conducta militar en Irlanda, murió don Juan del Águila, probablemente a principios de agosto».

El 12 de julio de 1603, el Consejo Supremo de Guerra concluyó que «su capitulación había representado una pérdida de reputación». También se le acusó de tibieza por no salir a tiempo de la ciudad durante la batalla.

Pero la imposibilidad de contar él su versión de los hechos, hizo que el relato llegara a la Corte de manos de otros no implicados, y su posterior muerte hizo que el Consejo decidiera sin el testimonio de Juan del Águila y sin contar con su actuación defendiendo Kinsale durante tres meses ante fuerzas muy superiores.

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